02 marzo, 2013

Etica para decir

Hilda Pupo Salazar “No debemos afirmar, lo que no podemos probar. La intuición es un auxilio, muchas veces poderoso, pero no es una vía científica e indudable para llegar al conocimiento”, dijo Martí. Cuantas errores pudiéramos evitar si concientizáramos tal verdad y no la obviáramos en nombre de intereses mezquino u otras razones, a veces, ingenuas o mal intencionadas. Son lecciones del Maestro que “… para conocer es necesario examinar: que la fuente más creíble de verdad es nuestro propio examen; que el examen; medio seguro de conocer la aplicación de nuestra aptitud de conocer a la cosa conocible: observación y el pensamiento sobre lo observado: reflexión”. Fallos han ocurrido en todos los tiempos, lo mismo en escenarios diversos que en los Medios, por esa manía de no verificar si cuanto decimos es real o falso y solo decir para lograr un acomodo a los argumentos manejados, con amplia vinculación a la valía del informante, sin embargo, no tanto por reciente, sino por connotado, uno de los sucesos más escandalosos lo protagonizó hace poco el diario español El País con la publicación de una supuesta foto de Hugo Chávez entubado. Con la intención de dar la primicia al mundo, para “demostrar” que los partes oficiales dados sobre la salud del presidente bolivariano no eran ciertos y que el mandatario agonizaba, sacaron esa foto en sus versiones digital e impresa, no comprobaron su autenticidad y llegó la pifia. El periódico tuvo que reconocer su error y pedir disculpas, pero ya había cometido la falta, su prestigio se deterioró y la ética cayó por el suelo, porque “… el que intenta rebajar el decoro de otro hombre, lo que rebaja es el propio”. A propósito de la reciente conferencia internacional Por el equilibrio del mundo, en el marco del 160 aniversarios del natalicio del Héroe Nacional, Ignacio Ramonet vinculó el hecho al ejercicio del periodismo de José Martí y como debe ser el comportamiento del periodista ante un problema ético-moral. Lo ilustra a través de tres frases del vasto ideario martiano: “No merece escribir para los hombres quien no sabe amarlos”; como demostró ese diario que no sabe amar a los hombres. “Si el periodismo ha de ser un culto, que lo sea a la virtud; no debe hacerse de la pluma arma de satírico, sino espada de caballeros”, cosa que no supo hacer ese periódico de Madrid. “Da grima, da pena, creer que puede haber criaturas que por dinero, abran a los paseantes esta arca santa de los pueblos que debe ser la prensa. No hay monarca como un periodista honrado”. “Ese acto deshonroso del diario El País, demuestra el nivel miserable en el que ha caído una cierta prensa que se pretende objetiva y hasta progresista, pero que revela aquí en esta situación, en este tipo de situaciones, una vez más, su obsesión sistemática contra la Revolución Bolivariana; igual que la muestra contra la Revolución Cubana, igual también con la Revolución Ciudadana de Ecuador•”. Pero, decir a la ligera, sin antes comprobar cuanto de cierto existe en la exposición, no solo es delito de la prensa. A diario se cae en esa tendencia superficial de repetir un comentario, al final resulta refutable y nos hacemos eco de cuestiones malignas destinadas a tergiversar a la opinión pública.

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