22 junio, 2013

Sumar es la clave

Hilda Pupo Salazar Está probado el valor de la unión. La unidad nos hace fuertes e invencibles frente a quienes quieren destruirnos, por eso defendemos tanto la tendencia del haz en esta sociedad elegida para vivir, en la cual se respeta tanto la dignidad del hombre. El llamado es a ser generosos en circunstancias buenas y malas, a actuar con el pensamiento hacia esa otra persona, sin atisbo de aprovecharnos de las oportunidades ni pensar en las ganancias personales. Cuando pensemos que de ese que hoy servimos, podemos, también, recibir ayuda un día, estamos reflexionando sobre la valía de todos los semejantes y la necesidad de comprendernos y apoyarnos sea cual fuere nuestra ocupación.

Extraigo párrafos de un mensaje enviado por el monseñor Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín, a floreros y fotógrafos de la comunidad, con el propósito de sumar en beneficio de la sociedad y hacer nuestra cotidianidad más humana. Estimados floreros, estimados fotógrafos: Desde hace un mes, después que el anterior párroco concluyó su período como misionero en Cuba y, específicamente, como Párroco de la Santa Iglesia Catedral de “San Isidoro” en esta ciudad, he asumido la atención de la comunidad parroquial que celebra su fe en este templo catedralicio, a la vez que mantengo mis obligaciones como Obispo de Holguín (y Tunas). En este breve tiempo he valorado el número de personas que con devoción filial entran en el templo para participar en la Misa, bautizar a sus hijos y ahijados, quinceañeras que vienen con sus familiares para dar gracias a Dios por el don de la vida y de la juventud, otros peregrinos veneran de manera especial a la Virgen de la Caridad, rezan ante la imagen de algún santo o santa, se sientan en un banco y, en silencio “piensan en la presencia de Dios” y sienten en su corazón ese latido especial mediante el cual Dios nos expresa su amor y nos ofrece su paz. Muchas de estas personas traen en sus manos un ramo de flores que adquirieron en la esquina de Luz Caballero y Maceo, o en la floristería o frente al Cementerio o en otro lugar; o también, vienen acompañados de algún fotógrafo o camarógrafo para dejar una constancia gráfica de ese momento que, para ellos, resulta tan importante en la vida personal y familiar. Les comparto –con todo respeto– que me parece que es bueno que Uds. no solo se relacionen con esas personas como clientes que solicitan su oferta u oficio, sino que también, ustedes se sientan parte “del momento” que ellos viven y quieren celebrar. Esto es muy importante porque, de lo contrario, las relaciones interpersonales quedan reducidas al interés que de ellas se desprendan. De esa forma, poco a poco la riqueza de vivir en un mismo pueblo y entre todos tejer su bienestar e historia, se iría reduciendo al “te doy para que me des” o “te doy porque me diste” y se perdería la gratuidad que conlleva ser y sentirnos conciudadanos, es decir, miembros de una misma ciudad. Lo mismo que comparto con Uds. me gustaría hacerlo con los taxistas o quienes brindan sus autos para pasear a las quinceañeras o a los novios que se comprometen –como matrimonio– a establecer un nuevo hogar, una nueva familia. Otro día invitaremos a los bici-taxi, a los que limpian los parques y las calles, a los músicos, …a cuantos prestan su servicio en bien de la sociedad que todos integramos y, de esa forma, crecer en la conciencia ciudadana que tanto necesitamos, tal como nos lo enseña el mensaje cristiano.

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