01 mayo, 2015

Primero de Mayo en Cuba ¿Obligados?

Hilda Pupo Salazar La noticia es que todas nuestras plazas estuvieron repletas en este Primero de Mayo. Gústele o no a mercenarios, secuaces y lacayos, la asistencia a esta convocatoria Por la Patria es un acto de reafirmación al Socialismo. Esa verdad innegable tratan de opacarla, con la más risible interpretación, como parte de la guerra mediática contra Cuba, al plantear que se asiste al llamado de la CTC de manera obligatoria. Varios comentarios en la redes mediáticas se hacen eco de esos mensajes, repetidos con la intención de sembrar la idea de que el apoyo popular a la Revolución es ficticio y nace de la coerción y de las amenazas. A quienes escriben sobre las maneras que el gobierno proclama la popularidad ante el mundo, sobre la base de encaramar a la fuerza a miles de personas en guaguas, bastaría preguntarles ¿de qué forma puede lograrse llevar a millones de ciudadanos a punta de pistola y además encañonarlos para que griten consignas a favor del proceso? ¿Cuántos policías harían falta? Los inauditos son cosas que no les preocupan en la manipulación de las noticias. Se plantea “que la técnica de la persuasión es uno de los elementos utilizados para tratar de vencer la resistencia de Cuba, de ahí que el uso deliberado de la mentira en la propaganda es empleada de forma directa y evidente, con la combinación de repetir palabras-claves, frases hechas, ideas-punta y argumentos básicos, para penetrar como un estribillo en las mentes de los receptores. “En las afirmaciones rotundas casi nunca utilizan ni emplean argumentos negativos que contrasten con lo positivo y así evitan crear cierto nivel de desorientación entre receptores menos crédulos de sus argumentaciones”. La guerra de pensamiento que se nos hace está bien orquestada, y esa persuasión se trata de alcanzar por los principios de la psicología y la psicología social conductiva. Es un trabajo psicológico bien diseñado, para influir paulatinamente en las mentes de las personas. La explotación de los sentimientos es otra parte de su estrategia de ataque. “Presos maltratados”, “golpizas a inocentes” “damas pacíficas empujadas” “martirios”, “persecución” “abusos”, “crueldades” , “atropellos”, “juicios sumarísimos”, “condenas por ser desafectos a la Revolución” y toda una retahíla de embustes para calzar sus epítetos de “dictadura en Cuba”, “violación de derechos humanos” y “ las faltas de libertades” con las cuales tratan de acusarnos.

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