03 marzo, 2008

Amèrica no es comestible

Hilda Pupo Salazar

América va directo a satisfacer a Estados Unidos: Una América en pedazos.

Colombia se mete en territorio de Ecuador y bombardea, mata al segundo de las FARC en medio de las acciones de paz, con la liberación unilateral de rehenes por ese movimiento guerrillero y la acción promovida por Hugo Chávez.

Venezuela y el gobierno de Quito llaman a reforzar las fronteras con ese país agresor, previendo zarpazos del Norte a la soberanía de ambos pueblos, y no niegan que Uribe les está haciendo el juego a los yanquis.

Crecen los ataques contra el gobierno bolivariano y su mayor empresa nacional: PDVSA; la oligarquía de Bolivia, apoyada por el imperialismo, le hace la guerra a Evo Morales y los aires separatistas de Kosovo tienen eco en Santa Cruz.

Daniel Ortega refiere el acoso en Nicaragua y en Costa Rica el pueblo en las calles repudia el TLC.

Son acciones imperiales contra el proceso de integración regional promovido por Chávez, porque un continente unido es lo peor que podía pasarle al espíritu hegemonista de la Casa Blanca.

Martì no es equivocó con sus proféticas palabras de la necesaria cohesión para frenar al Gigante de las Siete Leguas, como tampoco erró cuando mencionó a esos desertores, “increíbles del honor”, que por espíritu de servidumbre piden fusiles al Ejército del Norte.

El llamado a que América despierte está vigente.

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