A la paloma le cortaron la cabeza

Hilda Pupo Salazar
Con el reciente ataque a la nación Libia por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, a la paloma le cortaron la cabeza.
De acuerdo a la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, supuestamente para proteger a la ciudadanía, las Naciones Unidas acordaron bombardearlo.
Se puso en marcha la operación, llamada eufemísticamente Odisea al Amanecer, como si la frasecita poética sustrajera en algo la carnicería. Barack Obama en un mismo discurso la calificó de seguridad nacional, porque según él, las revueltas allá podían repercutir desfavorablemente en su país.
El primer día tres bombarderos invisibles B-2 del Norte lanzaron unas 40 bombas contra una instalación aérea y durante esa jornada primicial el número de muertos y heridos rondaba los 200.
En apoyo al pueblo, como dicen ellos, se está masacrando al pueblo.
Vladimir Putin, jefe de gobierno ruso, manifestó: “Intranquiliza la ligereza con que se pueden adoptar a nivel internacional acciones de combate contra Estados soberanos actualmente… Y me recuerda a una llamada medieval a la cruzada, donde se incitaba a todo el mundo a marchar a una zona para liberarla".
Solo quienes ven las ganancias de controlar las riquezas del hidrocarburo allí y tener bajo sus garras a otra región del Medio Oriente, como estrategia, pueden apreciar los beneficios de tamaña injerencia contra un Estado independiente y aplaudir la matanza.
Muy mal está el mundo, donde el Consejo de Seguridad que se supone debe luchar por el mejor entendimiento entre los países para mantener la concordia, con el uso de la vía diplomática hasta las últimas circunstancias, acuerde iniciar una guerra y un Nobel de la Paz tenga la batuta.