09 agosto, 2011

¿Ahora no quieren volar?


Hilda Pupo Salazar
Esta historia se me parece al cuento del osito que se pasa su vida entera deseando alas para poder volar y cuando le conceden el deseo y le dicen: “vaya, puedes volar”, entonces dice: “hay que estar loco para separarse de la tierra”. En fin, en qué quedamos.
Eso mismo les sucedió a los ex prisioneros de las cárceles cubanas que se fueron para España. Años y años con la cantaleta de abusos y violaciones de los derechos humanos en Cuba y deseando el paraíso capitalista. Le abren las rejas, están en su mundo de “libertades” y ahora resulta que quieren regresar para Cuba.
Según cuenta un blog:
Un ex preso de conciencia cubano, Carlos Martín Gómez, del Partido de los Derechos Humanos, se ha plantado con su familia y sus pertenencias frente a la puerta del Ministerio de Asuntos Exteriores, en el Palacio de Santa Cruz. Lleva allí un par de semanas, protestando porque se le ha expulsado del centro de acogida de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) de Málaga y se le ha retirado la ayuda que recibía del Gobierno español. CEAR le acusa de agresiones al personal del centro, algo que él niega y cree que todo obedece a que ha denunciado las condiciones precarias en las que se vive en esas instalaciones y, fundamentalmente a que hay un complot entre la Seguridad Cubana y la española en contra de él, algo difícil de aceptar.

De ese mismo centro ha sido expulsado otro de los ex presos, Néstor Rodríguez Lobaina, fundador del Movimiento cubano Jóvenes por la Democracia, también acusado de una “falta grave”, relacionada, según algunos, con actitudes violentas.

Los dos quieren volver para Cuba. No querían libertades, ahí tienen.

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