21 noviembre, 2005

Bush, cuidado con tocar a Cuba


Hilda Pupo Salazar
hilda@ahora.cu


Con la guerra que Bush quiere imponerle a Cuba, puede sucederle como la oveja del cuento: fue por gloria y salió trasquilado.
El señor Emperador se arriesga demasiado por los votos del Sur de la Florida, y como los malos escopeteros puede írsele el tiro por la culata.
No le vastan las últimas lecciones de resistencia, recibida después de sus desafueros bélicos. El Fuhrer del siglo XXI no aplica lógica, cordura, ni se deja llevar por sabios consejos: quiere al mundo a sus pies, cueste lo que cueste.
Pero sería muy bueno para él, dejar entre su carga de prepotencia algún espacio a la sensatez, y reflexionar antes de cometer otra torpeza. ¿Qué sabe Bush de Cuba, para haberle planificado un futuro diferente desde la oficina oval de la Casa Blanca?
¿Espera aplausos acaso?, o pensará que la cuestión se reduce a cambios por un problemas de gustos. “No me agrada el gobierno comunista de Castro y deseo poner otro”. En tales cálculos seguro no incluye la historia de este pueblo, ni la determinación de luchar hasta el último aliento por defender la soberanía.
Iraq le está demostrando que la tecnología más sofisticada en armas, puede ser inútil y Cuba le augura, que aún con todo su arsenal, jamás ganaría una guerra contra este país. No se arriesgue señor Bush.

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