Cuidado, yanquis a la vista
Hilda Pupo Salazar
Si una pasa lista a lo ocurrido en América Latina en estos últimos tiempos debe preocuparse. Los yanquis “se tocaron los brazos y se encontraron fuertes”. Hay que protegerse.
Si por un lado hay que celebrar el favoritismo para Evo Morales en la intención de votos, en pro de las elecciones del domingo en Bolivia y el triunfo de Mujica en Uruguay, hay que preocuparse por las siete bases norteamericanas en Colombia y lo que acaba de hacer el Congreso de Honduras, de aprobar una resolución para no restituir a Zelaya en el cargo.
Acaba de oficializarse un mal precedente en la región. De ahora en adelante puede ocurrir un golpe de estado, colocarse un gobierno de facto y sacar al presidente legítimo que no es del agrado yanqui, convocar a unas elecciones fraudulentas, bajo las condiciones antidemocráticas de fusiles y gases lacrimógenos, y al final después de tanto escarceo de la OEA, la Unión Europea, y toda la comunidad, legitimar la asonada.
Ya el Golpe en Honduras no tiene caretas, todos saben que la guapería de Micheletti era porque detrás de bambalinas tenía el apoyo de Estados Unidos. Con el poder económico, si se puede ser hombretón y desafiar la comunidad internacional entera. Como él vociferaba “¡que importan los bloqueos!” Tamaño cinismo.
El recién Nobel de la Paz, Barak Obama mandó a enviar más tropas a Afganistán y aunque prometió y prometió, no ha podido cerrar la prisión de Guantánamo. Parafraseando a Michael Moore está haciendo muy poco para merecer el premio.
Si una pasa lista a lo ocurrido en América Latina en estos últimos tiempos debe preocuparse. Los yanquis “se tocaron los brazos y se encontraron fuertes”. Hay que protegerse.
Si por un lado hay que celebrar el favoritismo para Evo Morales en la intención de votos, en pro de las elecciones del domingo en Bolivia y el triunfo de Mujica en Uruguay, hay que preocuparse por las siete bases norteamericanas en Colombia y lo que acaba de hacer el Congreso de Honduras, de aprobar una resolución para no restituir a Zelaya en el cargo.
Acaba de oficializarse un mal precedente en la región. De ahora en adelante puede ocurrir un golpe de estado, colocarse un gobierno de facto y sacar al presidente legítimo que no es del agrado yanqui, convocar a unas elecciones fraudulentas, bajo las condiciones antidemocráticas de fusiles y gases lacrimógenos, y al final después de tanto escarceo de la OEA, la Unión Europea, y toda la comunidad, legitimar la asonada.
Ya el Golpe en Honduras no tiene caretas, todos saben que la guapería de Micheletti era porque detrás de bambalinas tenía el apoyo de Estados Unidos. Con el poder económico, si se puede ser hombretón y desafiar la comunidad internacional entera. Como él vociferaba “¡que importan los bloqueos!” Tamaño cinismo.
El recién Nobel de la Paz, Barak Obama mandó a enviar más tropas a Afganistán y aunque prometió y prometió, no ha podido cerrar la prisión de Guantánamo. Parafraseando a Michael Moore está haciendo muy poco para merecer el premio.
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