15 diciembre, 2013

Adulones, guatacas, chicharrones

Hilda Pupo Salazar Detrás de casi todas las acciones en la vida están los intereses, por tanto valórense esos para medir a las personas cualitativamente. Si los actos son antecedidos por nobles propósitos, estamos ante personas desinteresadas y generosas, todo lo contrario si se hace algo para obtener prebendas, porque el interés genuino se manifiesta en las personas, no en las cosas materiales. Es muy común que cuando alguien vive en la prosperidad o tiene un cargo le sobren amigos, si se le puede llamar así, pues quienes obran tan indecorosamente, no merecen ninguna categoría cercana a un genuino camarada. En una verdadera amistad sobra solo el amor por lo material, se incluyen otros provechos como el beneficio por disfrutar juntos lo positivo de la vida; por crecer juntos; por aprender juntos; por disfrutar de la compañía de los amigos sin importar si son ricos o pobres, si te pueden dar algo o no. Bien lo dice el dicho: “Cuando tin tenía tin valía, ahora que tin no tiene…” y hay sobrados ejemplos de indignos que actúan según sople el viento. Tenemos el caso de la cantidad de “amistades” esfumadas de aquellos que gozaban de determinada posición en un pasado y ahora no o el nivel “guataqueril” hacia quienes ocupan actualmente los lugares de arriba. Búsquese dentro de esas miserias humanas obtener un regalito, una ayuda, una recomendación o alguna utilidad, por eso, si se produce un cambio, desconfíe de los que ayer tuvieron una postura magnánima hacia usted y hoy practican el servilismo con otros. Estamos ante quienes proceden por conveniencias y ven ventajas en aludar a alguien. Bajezas humanas, esa actitud gatuna de aprovecharse de otro, es decir, despreciable si una persona quiere obtener algún provecho o conseguir algo, pues hace lo que sea y acepta lo inimaginable para conseguirlo. Asquean las posturas rastreras de los “chicharrones”, una dañina casta criticada por el Che Guevara, pues difícilmente ocultan sus ambiciones y constantemente andan merodeando o pronunciando discursos para caer bien y resultar simpáticos. Detrás de esas maneras traicioneras se esconden la hipocresía, la doble moral y las falsedades. “Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos”. Marco Antonio Cicerón

1 comentario:

Anónimo dijo...

buen tema... nada como amigos sinceros, q te apoyen en las malas y se gocen junto a ti en las buenas...