07 noviembre, 2014

Si, ganar dinero, pero cómo

Hilda Pupo Salazar Muy vinculada a los precios altos está la tenencia de dinero. No creo descubrir el agua tibia si digo que es una apremiante necesidad, cada vez mayor, el aumentar la adquisición monetaria. Por diferentes vías se trata de hacer crecer el peculio particular y no pocos tratan de meterse en la vida de los negocios u otras maneras de obtener más dinero, con la premisa de “hay que inventar algo”. Eso es lógico y entendible, pero las maneras de lograrlo califican a las personas. No es lo mismo progresar por formas lícitas que hacerlo de maneras sucias. Si se obvia el trabajo, los esfuerzos y tratamos de llenarnos los bolsillos sobre la base del fraude, la estafa, el hurto o el pillaje, aparte de trascender como gente sin escrúpulo y amoral, ingresamos en el grupo de los no confiables. Puede que alguien se acerque la primera vez a esos personajes timadores - por ingenuidad-, pero en una segunda ocasión es ya de tontos. De los “súper vivos” se deben de alejar. Otro aspecto muy importante para quienes acudieron a la prestación de servicios dentro de esas modalidades en pro de acrecentar los ingresos es mantener la eficacia, porque ello significa conservar a los consumidores. El éxito comercial se consigue cuando el cliente queda satisfecho con su compra, con lo que repite y/o la recomienda a terceros (boca-oído). A propósito le traigo una anécdota: Había una vez un chino que vendía hortalizas a cinco pesos el paquetico; se le termina la mercancía y solo la encontró a seis pesos. El la adquirió, pero no aumentó el precio. Alguien le dijo: “pero, chino tú estás perdiendo”, y él le contestó “no, chino está ganando clientela”. Aunque las circunstancias sean difíciles y pensemos que “la cuenta no nos da”, nunca debemos irrespetar al público con precios divorciados tanto de la calidad de los productos ofertados como de las realidades del comprador. Las ventajas de preservar lo cualitativo empieza por diferenciarte en el mundo competitivo, y eso significa lograr que te elijan entre muchos. Un negocio de calidad reconocida dispondrá de un prestigio y reconocimiento ganado por el trabajo. Valores como la honestidad nos hacen grandes y no debemos renunciar a él en nombre de hacer mayores las ganancias, porque, también, se logra algo llamado: confiabilidad.

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